El titular de Planeamiento, Carlos Katz, indicó que se cerrará el viejo basural. Resta terminar las obras de aprovisionamiento del nuevo relleno sanitario.
El secretario de Planeamiento, Obras y Servicios Públicos, Carlos Katz, resaltó que es inminente el cierre del viejo basural que causaba infinidad de inconvenientes teniendo en cuenta el crecimiento del tejido urbano que lo había aproximado con diferentes barrios.
En diálogo con LA CAPITAL, el funcionario explicó que se harán las obras necesarias para que en el relleno se produzca una especie de desagote que evite la posterior contaminación.
En ese sentido, remarcó que lo importante es que a cargo de esta tarea de saneamiento estará el propio Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), que es el organismo de control ambiental provincial.
Katz recordó que Balcarce junto con Vicente López y Junín fueron elegidas por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS) para desarrollar este proceso que tiene una fuerte connotación con el cuidado del medioambiente.
En su momento, el intendente Reino anunció que el gobierno de María Eugenia Vidal dispondrá los 14,4 millones de pesos necesarios para realizar el proceso de clausura del actual relleno sanitario.
Paralelamente, se están terminando los procedimientos necesarios para la puesta en funcionamiento del nuevo relleno que tendrá una planta de separación, clasificación y tratamiento de residuos sólidos urbanos.
Así es como sólo tres ciudades de la provincia de Buenos Aires recibirán una fuerte inversión para evitar el efecto invernadero en sus viejos basurales a cielo abierto.
Katz explicó que de esta manera se evitará que los líquidos lixiviados y los gases que allí se generaron durante muchos años queden embolsados y afecten el suelo, el aire y el agua.
“Se trabajarán en etapas, donde la primera será realizar una estabilización de los taludes, luego lograr una cobertura vegetal y trabajar sobre el venteo y la canalización de los líquidos lixiviados”, apuntó.
Asimismo, Katz reconoció que el viejo basural tiene un tiempo aproximado de cinco años de actividad, donde se siguen generando gases que deben ser controlados.